No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes
No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes citas
LA IRONÍA DE LA VIDA: ¡NUNCA SABES EL VALOR DE UNA PERSONA HASTA QUE SE HA IDO! ¡Hace falta la tristeza para valorar la felicidad! ¡Nunca sabemos el valor de una persona hasta que vemos el hueco que deja cuando ya no forma parte de nuestras vidas!
A veces las personas no pueden ver lo que tienen. Tal vez se pasan por alto, o son desagradecidos, o necesitan unas gafas en forma de llamada de atención. A veces la gente no puede ver lo que tiene hasta que se ha ido, y por desgracia eso significa que no te apreciarán hasta que tus esfuerzos dejen de existir.
Sí, es cierto que a veces uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Pero la mayoría de las veces, tus recuerdos son una versión idealizada de la realidad, y cuando algo se ha ido, se ha ido por una buena razón. Nota del editor: Esta historia ha sido actualizada por el personal de Elite Daily.
No dejes que el arrepentimiento sea más fuerte que la gratitud. No esperes a perder algo para apreciarlo o comprender su valor. No espere a que se acabe para pensar en volver a empezar y hacer las cosas bien.
¿Se dará cuenta alguna vez de lo que ha perdido? Normalmente todos los hombres se darán cuenta de lo que han perdido cuando pierdan a una buena mujer que sea amable con ellos y les quiera. Sin embargo, sólo se darán cuenta de lo que han dejado ir cuando ocurran ciertos momentos y se les dispare el recuerdo de su ex y de su relación anterior.
Nunca sabes cuánto quieres a alguien hasta que se ha ido cita
Se necesita tristeza para valorar la felicidad. ¡Se necesita el ruido para valorar el silencio! ¡Se necesita la ausencia para valorar la presencia! Nunca conocemos el valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo. Nunca sabemos el valor de una persona hasta que vemos el hueco que deja cuando ya no forma parte de nuestras vidas.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué a menudo damos por sentado las cosas que más merecen nuestra gratitud? Lo hacemos tanto con las personas como con las posesiones. El problema es que muchas personas no se dan cuenta de esto hasta que la situación ha llegado y ha pasado. Damos las cosas por sentado a diario, siempre con la suposición de que cuando necesitemos algo, estará ahí.
No das a las personas el valor que merecen cuando están en tu vida. Pero cuando esas personas ya no están en tu vida… es como si su verdadero valor te fuera servido en bandeja de oro (sólo en el recuerdo). Piensas en el pasado, y te das cuenta de lo verdaderamente increíble que fue un tiempo, o de lo mucho que su presencia hizo que tu vida valiera la pena.
Antes de que llegue ese momento en el que tengas que pasar el resto de tu vida sin ellos, ¡disfruta del calor, la compañía, la presencia y aprecia el valor que esas personas añaden a tu vida! Tus padres, hermanos, parientes, vecinos y, sobre todo, las personas que quieres o que te quieren. Porque algún día te darás cuenta de que realmente importan.
No sabes lo que tienes hasta que desaparece el significado
Algunas personas no te aprecian hasta que ya no estás. A veces la gente no puede ver lo que tiene; sólo ve lo que falta. Ni siquiera pueden ver que tienen una preocupación por reconocer lo que está ausente; simplemente está en su naturaleza hacerlo. Puedes dar y normalmente lo tomarán, tal vez incluso recibas un «gracias», pero al final habrá un deseo de más. Si das una mano, quieren un brazo. Si das un día de tiempo, quieren una semana. Si das la tierra, quieren la galaxia entera, y te preguntas si alguna vez harás lo suficiente. Si alguna vez serás suficiente. En el fondo sabes que no lo serás, pero seguirás intentándolo, porque quizá al final vean lo que tienen.
Cuando miras hacia fuera, ves un gran patio con potencial para ser el césped más verde, sano y bonito que existe si se cuida. Te sientes emocionado, pero cuando intentas enseñárselo, la mirada de decepción que se les pone en la cara hace que tu subidón emocional se desplome rápidamente. La mirada anticlimática y poco impresionada de sus ojos te destroza el alma: ¿cómo es posible que no vean lo que tú ves? Empiezas a plantar un jardín a un lado, a cortar y regar la hierba, a hacer todo lo posible para que tu visión de un césped pintoresco y utópico se haga realidad, porque quizá entonces empiecen a ver lo que tú ves. Tal vez entonces vean lo que ellos tienen.
No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes
Esta famosa frase encierra un sentimiento muy verdadero. En la cultura actual de la «rutina», tendemos a pensar que todo lo que no nos hace ganar dinero o es una inversión en el futuro es una pérdida de tiempo. En cambio, deberíamos darnos cuenta de que mientras disfrutemos de una actividad, la cantidad de tiempo que le dediquemos no importa.
Aprender a gestionar nuestro tiempo es una habilidad que requiere un trabajo constante. Tendemos a perder mucho tiempo en cosas innecesarias: un minuto aquí, diez minutos allá, para terminar con un día entero perdido en tareas sin sentido.
Demasiadas veces hemos oído historias de personas que se arrepienten de no haberse arriesgado a realizar sus sueños porque aún no eran lo suficientemente buenos, o no tenían la suficiente confianza en sí mismos, o carecían de recursos o apoyo. Cuando nos prometemos a nosotros mismos que «algún día» haremos realidad nuestra pasión, perdemos el tiempo.
En esta cita de «Las alegres comadres de Windsor», Shakespeare alude a las ventajas de hacer algo antes en lugar de perder una oportunidad. Es muy fácil aplazar cosas como escribir un correo electrónico, consultar una oferta de trabajo, hacerse una revisión médica, etc. Nos perdemos en otras cosas hasta que se hace demasiado tarde.